La gasolinera vacía. Paro a llenar el depósito. El encargado está poniendo precios a revistas, me mira, y como si nada sigue marcando revistas. Le digo que si puede atenderme, ni contesta. Espero... Pasados unos minutos me mira con mala cara y se mete al interior, abre un zumo y se lo bebe. Sigo esperando... Luego por fin, con cara de pocos amigos vuelve a entrar, coge su chaqueta, se la pone... Sin prisa, y por fin consigo que me atienda. Si fuese empleado mío le hubiese despedido en el acto!